Nerviosismo en los mercados energéticos de Europa. El precio del gas está escalando de nuevo a niveles que no se veían desde el pasado mes de marzo. La clave está en las interrupciones de suministro de gas de Noruega y en la noticia de Países Bajos de cerrar el campo de gas de Groningen permanentemente a partir del 1 de octubre. Y si sube el precio del gas, también lo hace la factura de la luz.
"Sí, los anuncios de Noruega y Países Bajos están haciendo daño, pero también hay mucha especulación", explica Pedro Cantuel, Senior Analyst de la compañía energética Ignis. "Hay una sobre reacción a estos cambios, pero espero que se moderarán los precios cuando se calmen los traders, aunque dudo que a corto plazo volvamos a los mínimos de 25 euros/MWh. Dicho esto, no descarto un mercado irracional...".
En la negociación de este jueves, el precio del TTF, el de referencia del gas europeo, subió hasta un 27% hasta los 49,50 euros/MWh, su nivel más alto desde principios de abril. A principios de junio, TTF había caído hasta un mínimo de dos años, hasta los 23 euros/MWh. Además, los precios del gas en Europa se han duplicado en tan solo 10 días, lo que pone de relieve que el mercado no ve con tranquilidad tener los almacenamientos de gas en niveles récord para la época del año.
"En las últimas dos semanas los precios del gas natural en España (y Europa) para el próximo invierno y el año 2024 se han incrementado un 50% y 25% respectivamente. Parece hemos tocado mínimos entre los 25 euros/MWh y 40 euros/MWh", dice Cantuel en redes sociales.
"Y esto se traslada al mercado eléctrico, por su estructura marginalista, que también registra fuertes incrementos de precio en últimos días. Además, las previsiones de generación eólica se reducen para las próximas semanas, por lo que se esperan precios de la electricidad muy elevados y mayor utilización de los ciclos combinados de gas en el mix de generación", especialmente con la llegada del verano.
Cierre del campo Groningen
El gobierno holandés ha anunciado que ya está preparado para cerrar permanentemente Groningen, el campo de gas más grande de Europa en menos de cuatro meses. Con esta decisión, adelantan un año el cierre de su producción y ahora amenaza con limitar la reserva de suministro para este próximo invierno.
Anteriormente, los Países Bajos tenían como objetivo cerrar el campo a más tardar en octubre de 2024, dependiendo de la situación geopolítica, pero el Gobierno holandés ha cedido a las presiones políticas por las repercusiones de los terremotos que causó en años pasados.
El campo ha sido un suministro de gas clave para gran parte de Europa, así como la columna vertebral de las finanzas públicas holandesas desde que comenzó su producción en 1963. Pero desde la década de 1980, a medida que se fue vaciando, provocaba cientos de terremotos, que dañaron miles de casas. Así que hay una oposición social a seguir explotando el yacimiento. Casualmente, la medida se produce días después de que el primer ministro Mark Rutte se haya sometido a una moción de censura.
La decisión de cierre no es del todo irrevocable, según asegura Bloomberg. Si hay otra crisis energética o un invierno muy frío, se tardaría unas dos semanas en reabrir los pozos.
Paradas en Noruega
Shell ha anunciado que interrumpirá por mantenimiento su planta de procesamiento de gas Nyhamna de Noruega, y que se prolongará casi un mes, hasta mediados de julio, por problemas con el sistema de refrigeración de la planta. No es la única que tiene que detener su producción. También la planta de Hammerfest LNG que ha tenido una interrupción no planificada.
Hay miedo a una nueva crisis energética durante el invierno próximo, pese a que los niveles de almacenamiento de gas de Europa ahora están llenos en más del 70%. Incluso están en camino de lograr el objetivo propuesto por Bruselas, es decir, del 90% para principios de noviembre. El problema es que el almacenamiento por sí solo no puede satisfacer la demanda en el invierno.
"Es excesivo porque estamos hablando de Noruega, que no son santos pero creo son fiables de momento, aunque no es casualidad que se prolonguen las paradas en 2 grandes infraestructuras de gas en el norte de Europa con precios en mínimos de dos años y reservas en máximos", añade en redes sociales el experto Pedro Cantuel.
Las interrupciones en el suministro se han sumado a los temores de que el mercado de gas europeo ya no puede cuenta con el gas ruso, que llegó a satisfacer hasta el 40% de la demanda de la UE antes de la invasión rusa en Ucrania. Ahora debe asegurarse que llegan las importaciones de gas natural licuado (GNL) y eso provoca más incertidumbre.
Caída de la producción industrial
La demanda industrial de gas en los principales países europeos sigue bajando a pesar de unos precios energéticos bajos. La desaceleración económica pesa sobre el consumo, especialmente en Alemania, y los clientes se inclinan hacia las energías renovables.
Los números que reflejan la contracción de demanda industrial en mayo en todos los países europeos son espectaculares, según Bruegel. La media comunitaria cayó un 25%, pero en Alemania fue del 28%, Francia del 24% e Italia del 13%. España, aunque también terminó en negativo, ha sufrido menos con una caída de tan solo el 6%.
La actividad industrial en la zona del euro se está reduciendo y se teme que parte de la destrucción de la demanda sea permanente, dice S&P Global Commodity Insights.