Hace solo dos años que el Gobierno aprobó el PNIEC 2030 (Plan Nacional de Energía y Clima), con unos objetivos de capacidad renovable para el sistema eléctrico y de descarbonización para la demanda que, entonces, se antojaban ambiciosos. Hasta un 75% en la generación eléctrica y un 42% sobre el uso final de la energía.
Sin embargo, la guerra en Ucrania y la crisis energética por la dependencia de Europa al gas ruso han precipitado los acontecimientos. Ahora toca acelerar la transición energética a nivel nacional y comunitario. Y hay suficiente interés inversor en el país para pensar que es posible.
En la reunión que mantuvo la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con las patronales y las principales energéticas del sector, se anunció el interés del Gobierno por ser "mucho más ambiciosos" en los nuevos objetivos a 2030.
Y no solo en renovables, también en hidrógeno verde y biogás, del que se habla que podría multiplicarse por tres los objetivos de hace dos años, del 3% del consumo total, una cifra que coincidiría con los planes europeos del RepowerEU, el 10% del consumo final de gas para el año 2030.
Alcanzar el 100% renovable
"Se puede ambicionar mucho con el objetivo de renovables, incluso algunos hablan de que se puede llegar al 100% y creo que es posible. Estoy de acuerdo", señala Luis Villar, Financial and Market Adviser, especializado en M&A en renovables.
Según el esperto "eso significaría prescindir totalmente de los ciclos combinados de gas y de las centrales nucleares y para que eso sea posible, con seguridad de suministro, se necesita un desarrollo muy ambicioso de todas las tecnologías de almacenamiento: hidroeléctrica de bombeo, hidrógeno verde y baterías". Además de un "desarrollo mucho más ambicioso de las interconexiones que funcionaría como un sistema de almacenamiento más".
No sólo eso, es que, su juicio, "apenas ha habido avances en capacidad de almacenamiento e interconexiones, desde que se publicó el PNIEC. Si la ambición de generación con renovables no va acompañada del crecimiento de la capacidad de los sistemas de almacenamiento e interconexiones, esa ambición no es viable".
"Estamos en un momento crítico donde debemos reaccionar rápido para incentivar la acumulación y la flexibilidad de la demanda a través del sistema de regulación primaria, secundaria y terciaria", explica por su parte Néstor Gutiérrez, consejero delegado de la Atlas Energía.
"Si no actuamos, corremos el riesgo de romper el mercado con el sistema actual.Si actuamos rápido podemos alcanzar el 100% del PNIEC en lo que se refiere de implantación de renovables y autoconsumo", sentencia.
Para Jordi Martínez, socio director en AEC (Advanced Energy Consulting), "el objetivo actual del PNIEC ya es muy ambicioso, y a esos niveles el curtailment (corte de producción a las renovables cuando hay sobreproducción) podría ser enorme. Hasta que el desarrollo tecnológico de tecnologías flexibles no sea mejor, no vemos mayor penetración que pueda ser absorbida".
Más hidrógeno y más biogás
"Aunque se instalen muchas más renovables, fotovoltaica especialmente, el porcentaje de participación no subiría más allá del 80%", añaden por su parte fuentes de consultoras especializadas en energía.
"El problema es que coinciden todas en generar al mismo tiempo y en las mismas horas, así que si el objetivo actual es de 64 GW y se ambiciona llegar, por ejemplo, en una horquilla cercana a los 15 GW, si no hay almacenamiento, el resultado final es muy pobre".
"Además, no solo tiene que ser fotovoltaica o eólica, debe haber un equilibrio entre tecnologías, es lo más razonable".
En el caso del hidrógeno y el biogás (o biometano), los expertos de la consultora reconocen que "como computa a la demanda final, no afectaría en los objetivos de renovables". Pero reconocen que "ya ha despegado el sector de los biogases y pronto veremos como la aportación al sistema empieza a ser considerable. Para el hidrógeno habrá que esperar algo más".