Recomendaciones para la lectura del primer exámen (escrito)
En el ejercicio escrito, la lectura es una parte importante de la nota, ya que el tribunal solamente se guía por vuestra exposición oral (por la lectura), sin leer vuestro texto, a excepción del secretario, que tratará de descifrar los “letrajos”, la "letra de médico" (con permiso de los galenos) que hacemos al escribir a todo lo que nos da la mano durante 3 horas.
A menudo comentamos que el examen escrito es un "falso oral", una preparación para el tercer exámen (el ora; o para el segundo, si tenemos en cuenta que hoy día casi todos los opositores quedan exentos de su realización presentando el debido certificado).
Es decir, tendrá una mejor nota, que podrá incluso suponer la diferencia entre un suspenso y un aprobado en casos extremos, muy cerca del aprobado, un opositor que transmite entusiasmo al leer, con la entonación adecuada, con el ritmo adecuado, ni demasiado lento ni demasiado rápido, que sabe contener y disimular el nerviosismo normal y lógico que aparece en una ocasión de este calado, que se sirve de técnicas como las pausas o el énfasis para para captar o reactivar la atención de los miembros del tribunal, que ha interiorizado una técnica adecuada de cruce de miradas empáticas con aquellos, etc. En definitiva, las estrategias que entrenamos a fondo durante las tutorías.
Entrando más en detalle en algunos puntos concretos:
IMAGEN PERSONAL
Cuida tu imagen: a diferencia de la realización del ejercicio escrito, a la hora de la lectura sí se debe ir arreglado/a, pero sin excesos, con cierta discreción (no atuendo de gala). Esto representa una muestra de interés y de respeto hacia el tribunal. El tribunal no tiene esta obligación para conmigo, pero yo, como opositor, sí debo tener en cuenta la imagen.
Predisposición/programación mental: “Es mi gran momento, lo voy a conseguir; qué suerte tengo de leer un tema tan bueno; lo voy a hacer bien, mejor de lo que mis nervios me permiten imaginar, llevo mucho tiempo esperando este momento, por fin voy a disfrutar de un merecido descanso y después voy a pasar a la siguiente etapa del proceso selectivo”.
Entra a la sala con decisión/seguridad, intentando controlar los (normales) nervios; “buenas tardes” al entrar; una vez sentado/a se pueden hacer discretamente respiraciones profundas con el fin de calmar los nervios. Entonces el presidente imparte las instrucciones oportunas y solamente hay que “seguir el hilo”.
Adopta una postura adecuada, que muestre interés y buena disposición, que no muestre “desgarbo”; bien sentado/a con la espalda bien ajustada a la silla, el tronco recto, las manos encima de la mesa a ambos lados del folio, las piernas nunca cruzadas ni en movimiento (el baile de san vito), las plantas de los pies apoyadas en el suelo. Mejor no tener bolígrafos u otras cosas en la mano ni cerca de ella porque inconscientemente se suele tender a juguetear con ellos y esto transmite una imagen poco conveniente; puede molestar al tribunal.
Trata de mostrar naturalidad; el tribunal sabe que el opositor lucha contra los nervios y sabe que es normal: no pasa nada si de vez en cuando se muestran aquellos; si eso ocurre, calma, autoindulgencia y vuelta a la naturalidad.
DURANTE LA LECTURA
La tendencia, debido a la tensión, es a leer rápido, sobre todo durante los primeros minutos de la lectura. Mentalizarse muy bien para tratar de leer despacio; durante la lectura, “si creo que estoy leyendo despacio es que estoy leyendo normal, es decir, bien”; no conviene leer demasiado despacio intencionalmente, para estirar al máximo el tiempo de lectura, pues puede ser percibido negativamente por el tribunal. A igualdad de contenido, una exposición leída con el ritmo adecuado puntúa más que una leída demasiado rápido, y ésta más que una “estirada” artificialmente.
Se inicia la lectura con una frase del estilo “A continuación se inicia (inicio) la exposición del tema X del grupo Y....”; o, más escuetamente, “Grupo X, tema Y.” Utilizar las pausas y la entonación para marcar bien la finalización de cada epígrafe y el comienzo del siguiente. Las pausas pueden ayudar a calmar los nervios. ¡Los silencios son una parte importante de la lectura!
Mirar al tribunal a los ojos de vez en cuando para captar su atención; la exposición de noticias que realizan grandes profesionales de la comunicación como son los periodistas de telediarios pueden servir como referencia para saber cómo debemos actuar. Mentalizarse: el tribunal es “amigo”. Aunque la mente a veces juegue malas pasadas y podamos pensar lo contrario, lo que el tribunal quiere es que aprobemos, si les damos facilidades nos van a aprobar. Necesitan compañeros que se incorporen al Ministerio para ayudarles a sacar adelante el trabajo del día a día; necesitan compañeros que se incorporen a trabajar con ellos, quieren aprobarnos.
Transmite al tribunal que te crees y estás convencido de lo que has escrito:
Ahora no se trata de pensar en si he comentido errores el día que hice el examen, sino de vender mi contenido lo mejor posible, como si fuese cátedra.
Dinamismo, “échale de arte”, desparpajo, alegría, entusiasmo.
Pasión, recréate leyendo tu texto y sobre todo en las ideas clave.
Recuerda que el principio y el final de la lectura son clave en tu nota; por ello, en la medida de lo posible, comienza y termina con fuerza, con solidez.
Al pasar de un tema a otro es un buen momento para hacer una pausa más larga, estirar la mano, coger el vaso o botella de agua y dar unos tragos. Un par de respiraciones profundas y ¡a seguir, ya queda menos!
En la entonación, tratar de poner “música” a la “letra”; leer el texto para informar al tribunal; cambiar la entonación a lo largo de la lectura, y sobre todo en los títulos de cada epígrafe, haciendo las correspondientes pausas.
La entonación no debe ser monótona, hay que captar la atención del tribunal; a media tarde puede hacerse duro para ellos escuchar temas que han escuchado decenas de veces veces antes; el antídoto contra esto es transmitir fuerza, energía, interés y entusiasmo; trata de remarcar ideas con el cambio de tono: una opción es, durante la escritura del examen, poner en mayúsculas o subrayado aquello que os apetezca remarcar; esto os servirá como referencia por ejemplo para elevar un poco el tono de voz (énfasis), mirar al tribunal y remarcar aquello que consideréis relevante. ¡¡¡¡¡TRATA DE TRANSMITIR FUERZA, ENERGÍA, INTERÉS, ENTUSIASMO¡¡¡¡¡.
Principios: naturalidad, seguridad, claridad, respeto, concisión.
Cuando se termina la lectura, se dice algo como “..Y con esto finalizo la lectura del ejercicio escrito y agradezco al tribunal la atención prestada”. ¡Y a esperar el aprobado!

