(Sólo coger la idea e incluir una pequeña frase en el tema al respecto)
La Agencia Espacial Europea vuela por primera vez el mayor artefacto desarrollado en el continente, que sufrió un fallo en la última parte del vuelo
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Europa ha lanzado con éxito el Ariane 6, el mayor y más potente cohete desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA), formada por 22 países, incluida España. El despegue se produjo a las 21.00 horas (hora peninsular española), una hora después del plan inicial, desde el Puerto Espacial Europeo, en Kourou, Guayana Francesa. El cohete, tan alto como un edificio de 18 plantas y de más de 500 toneladas de peso, usó primero sus dos propulsores de combustible sólido para despegar. Dos minutos después, se desprendieron y comenzaron a funcionar la etapa principal y la etapa superior, las dos fases encargadas de llevar al Ariane 6 a una órbita circular a casi 600 kilómetros de altitud, en un vuelo inaugural de casi tres horas. La misión acabó con una nota amarga, pues los motores no lograron encenderse en la última parte del vuelo para enviar la última etapa del cohete de vuelta a la Tierra, con lo que ha quedado en órbita y no ha podido desplegar su última carga: dos cápsulas experimentales que debían caer al océano Pacífico.
“Hemos hecho historia en Europa”, ha dicho Josef Aschbacher, director general de la ESA, en la red social X. Poco antes ha sido Thierry Breton, comisario europeo de Industria y Espacio, el que ha celebrado: “Gran éxito para el espacio europeo. Este es un hito crucial para nuestra independencia en el espacio”. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, destacó: “Es nuestra historia espacial. Es nuestra autonomía estratégica. Es un orgullo francés y europeo. El primer lanzamiento de Ariane 6 es un éxito. Un gran bravo a los equipos que han hecho posible lo que parecía imposible. Misión cumplida”.
Tras salir de la atmósfera terrestre, se separó la etapa principal y quedó la etapa superior, que llevó al Ariane a su órbita. Después se desplegaron los satélites que transporta, a lo que siguió un periodo de prueba de encendido y apagado de los motores Vinci. Durante el segundo encendido de prueba hubo una anomalía en la Unidad Auxiliar de Propulsión, lo que impidió que se encendiese el motor. Siguiendo la programación establecida, el sistema quedó apagado y no se pudieron realizar los siguientes encendidos, incluido el último que debía enviar la última etapa del cohete de vuelta a la Tierra para que se desintegrase en la atmósfera. Tampoco se pudieron desplegar las dos cápsulas de reentrada experimentales que debían caer cerca del polo de inaccesibilidad del Océano Pacífico, o punto Nemo, el lugar más alejado de cualquier costa. De esta forma, la última etapa del Ariane 6 ha quedado en órbita, contribuyendo a la creciente masa de chatarra espacial que orbita la Tierra, justo lo contrario que tenía planeado la ESA.
En una rueda de prensa posterior al lanzamiento, Martin Sion, director ejecutivo de ArianeGroup, dijo que aún se ignoran las causas del fallo y añadió que este contratiempo forma parte de las pruebas que hay que hacer en microgravedad y que no es posible realizar en tierra. A pesar del fallo, todos los lanzamientos previstos siguen en pie, incluido el segundo que tendrá lugar este mismo año, señaló Stéphane Israël, director ejecutivo de Arianespace. Josef Aschbacher, director general de la ESA, dijo que se sentía “aliviado y estimulado” por el lanzamiento, que calificó de “histórico”. “Cosas así solo se ven cada 20 o 30 años”, añadió.
Tres cazas del Ejército del Aire de Francia estaban desplegados en las proximidades del puerto espacial dentro de la Operación Titan, el dispositivo militar para asegurar que el espacio aéreo está despejado para el despegue del Ariane. También participaron barcos y armamento antiaéreo del Ejército de Tierra francés, un dispositivo de seguridad que no suele ser habitual en otros lanzamientos y que muestra la importancia geoestratégica del vuelo inaugural de este martes. Esta población sudamericana en medio de la jungla es un departamento de ultramar del país galo, que además es el mayor contribuyente a los cohetes Ariane, pues sus empresas son responsables del 55,6% del cohete. Hay 13 países involucrados en la manufactura de este nuevo vehículo espacia, incluida España, que aporta el 4,7%. El presupuesto total del programa Ariane 6 ha sido de casi 4.000 millones de euros hasta el momento.
La ESA quiere reducir drásticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero, para lo que también está desarrollando una planta de fabricación de hidrógeno por electrólisis en su puerto espacial de Kourou que servirá de combustible a futuros cohetes. En su configuración actual, el Ariane 62, tiene dos propulsores de combustible sólido que se desprenden unos dos minutos después del despegue. Hay una versión futura más potente, el Ariane 64, con cuatro propulsores. Las etapas principal y superior consumen oxígeno e hidrógeno líquidos almacenados a 180 y 250 grados bajo cero, respectivamente. Es esta última parte del cohete la que tiene previsto ensayar varios encendidos y apagados de prueba durante el vuelo de este martes.
La ESA anunció que va a lanzar otro Ariane en diciembre de este año e ir aumentando la cantidad de lanzamientos hasta llegar a la decena anual.
La principal carencia de este gran cohete europeo es que solo está cualificado para lanzar satélites y misiones robóticas de exploración espacial. En teoría podría adaptarse para poder llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional, pues tiene potencia suficiente para ello, aunque antes debería pasar todas las pruebas de cualificación, algo que tal vez no sea razonable dado que este laboratorio orbital está cerca de agotar su vida y ser enterrada en el océano. La gran carencia europea sigue siendo no poder enviar astronautas al espacio, sobre todo a la Luna y más allá, para lo que sigue dependiendo totalmente de sus aliados. Hasta el estallido de la Guerra de Ucrania, en febrero de 2022, los europeos viajaban al espacio en naves rusas Soyuz, diseñadas en los años 60, y extremadamente fiables aún en la actualidad. Tras las sanciones y ruptura de relaciones con Rusia, la única opción actual es viajar de la mano de los Estadounidenses o de una empresa privada: la SpaceX de Elon Musk.