El tira y afloja entre Alemania y la UE ha sido un revés inesperado en el último paso de una larga negociación, que ha dejado cierto regusto amargo entre los Veintisiete. Precisamente, por lo sensible del dossier en cuestión y por lo costoso del acuerdo. Finalmente, los embajadores de la UE han aprobado este lunes el reglamento para poner fin a la venta de los vehículos de combustión en 2035, sean gasolina, diésel o híbridos.
Lo han hecho con el beneplácito de Berlín, después de que el sábado se conociera que la norma incluirá una excepción para aquellos vehículos con motores que utilicen combustibles sintéticos. Es la demanda que venía haciendo Alemania, que a principios de marzo bloqueó un acuerdo para el que no se esperaba debate, que se encontraba en el último paso de la negociación.
El suceso, lejos de ser habitual en el proceso legislativo de la UE, ha llevado a semanas de negociaciones bilaterales entre el Ejecutivo de Olaf Scholz y la Comisión Europea. Un diálogo en el que Alemania ha conseguido una excepción para que se puedan seguir comercializando vehículos de combustión que funcionen con e-fuels, pero a condición de que sean neutros a nivel climático, es decir, cero emisiones de CO2.
El trato con Berlín pasa por incluir en la regulación una categoría para los combustibles sintéticos. Algo que emplaza a realizar a Bruselas antes de otoño de 2024. Este acuerdo concede garantías a Alemania y en un plazo más corto. Y es que cabe recordar que el acuerdo que iba a ser ratificado a principios de marzo ya incluía para 2026 una revisión de la norma para considerar la inclusión de los combustibles sintéticos atendiendo a su desarrollo tecnológico para la fecha.
En todo caso, este encuentro de posturas parece calmar las aguas en el seno de la UE. Y es que, si bien este no era el tema de la Cumbre de líderes de la semana pasada, las negociaciones impregnaron el encuentro de cierta tensión por el desmarque de uno de los socios más relevantes de la UE. Así las demandas de Italia por incluir, de igual forma, los biocombustibles en tal excepción no solo no han sido satisfechas, sino que, pese a su voto en contra este lunes, no ha protagonizado negociación alguna con Bruselas.
Ahora, con el visto bueno a nivel de embajadores de la norma que veta la venta de vehículos de combustión a partir de 2035, será en el encuentro de ministros de Energía de la UE que se celebrará hoy martes, que se apruebe definitivamente el texto.
La previsión es la objeción de Italia, así como de Polonia y Bulgaria que ya mostraron reticencias a la medida durante la negociación a nivel de embajadores en noviembre de 2022.
Salvo sorpresa, saldrá adelante una norma que busca dar certidumbre a la industria automovilística europea y que responde a los objetivos de neutralidad climática marcados para 2050 al amparo del Pacto Verde europeo.