La sequía que afecta a España y gran parte de Europa empieza a provocar subidas de hasta un 12% en los cereales y amenaza con más inflación, un peligro mayor que la decisión de países como Polonia, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria de prohibir la importación de productos agrícolas de Ucrania por considerar que los envíos ucranianos perjudican a sus productos nacionales.
De hecho, la semana pasada el trigo y el maíz registraron subidas cercanas al 3% en el operador europeo de mercados bursátiles Euronext en París, mientras que en Chicago los contratos de futuros experimentan incrementos que llegan al 12% en el trigo ante las previsiones climáticas.
Como explica José Manuel Álvarez, secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España(ACCOE) los vetos a las importaciones de Ucrania en varios países del Este de la Unión Europea "son medidas políticas que no afectan al mercado de cereal de España", al tiempo que resalta que "se trata de decisiones políticas" que en la práctica no tienen consecuencias para España", país deficitario e importador de cereal.
Lo razona recordando que los principales proveedores de cereal a España son Brasil, Ucrania y Francia, mientras que Bulgaria figura en décimo lugar. De hecho, las últimas cotizaciones de los cereales de los mercados mayoristas españoles son la a la baja, salvo la cebada, que subió un 0,48% semanal con fecha del pasado viernes 14 de marzo.
Según fuentes comunitarias, los costes de importar grano de Ucrania suponen el 40% del precio total, cuando deberían ser del 10%, lo que no parece que vaya a favorecer su llegada a España. Pese a ello, la organización agraria Asaja Castilla y León ha solicitado al Gobierno que, en línea con otros países europeos, marque "un posicionamiento claro en defensa de los intereses del sector cerealista español ante la entrada de trigo español a bajo precio".
Por otro lado, cuando las medidas de reducción del IVA en algunos alimentos básicos estaban empezando a contener un IPC, que en alimentación alcanzó un índice interanual en marzo de 16,5%, apenas una décima menos que el mes anterior, frente al 3,3% general,la falta de agua amenaza con encarecer aún más la cesta de la compra, algo que temen desde el gobierno e inquieta al sector primario.
Caída de las exportaciones
Fernando Miranda, secretario general del Ministerio de Agricultura, durante la presentación el pasado martes de informe sobre el estado de la industria agroalimentaria española, en que explicó que la subida de costes ha provocó una caída del 7,2% en las exportaciones españolas en 2022, apuntó que "la sequía que estamos viviendo ahora está provocando una disminución de las cosechas, sobre todo de aceite de oliva, cereales y cítricos, aunque no solo afecta a España, sino también a muchos países productores de alimentos, lo que ha supuesto una reducción de la oferta de determinados productos".
En este sentido, la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (Coag) asegura queya se dan "prácticamente por perdidas" las cosechas de trigos y cebadas en Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Murcia, en tanto que los cultivos leñosos presentan problemas en la brotación.
Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), España ha recibido en lo que va de mes un 85% menos cantidad de lluvia de lo normal y no se descarta que acabe siendo el abril menos lluvioso desde que la serie histórica nacional de precipitaciones comenzara en 1961.
Mejorar el regadío
Ante la creciente sequía, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, se opone a aplicar medidas encaminadas a reducir la superficie de regadío en España, la cual, recordó, aporta el 65% de la producción agrícola con el 23% de superficie.
"Estamos en momento particularmente difícil desde el punto de vista hidrológico y la pluviometría donde las precipitaciones se han reducido un 18,8% este año en relación a los cinco anteriores", comenta.
El ministro señala que se han presupuestado 2.130 millones de euros hasta 2027 para modernizar los regadíos, así como para utilizar otros caudales de agua procedentes de la reutilización y la desalación, con el fin de reducir un 10% el consumo de agua destinada a riego a través de 96 actuaciones en 15 comunidades autónomas.