El Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (#PERTE) de descarbonización industrial prevé un incremento de 4.000 millones de euros del PIB de la industria manufacturera, el cual actualmente contribuye un 11,3% al PIB de España, según ha informado Luis Colunga, Comisionado especial para el PERTE MINCOTUR, en la jornada dedicada a este plan, organizada por el Colegio de Ingenieros de Madrid.
Este PERTE tiene como objetivo “ayudar a la industria en su transición hacia modelos y procesos más respetuosos con el medio ambiente y contribuir al objetivo de neutralidad climática 2050”, según Luis Colunga, comisionado especial para el PERTE MINCOTUR. Este PERTE prevé una inversión pública de 3.100 millones de euros, lo que aseguran que permitirá movilizar hasta 11.800 millones de euros de inversión total, contando con 8.700 millones de euros de inversión privada.
La industria manufacturera es “intensiva en energía y utiliza mucho combustible fósil”, por lo que “estamos obligando a la industria a que cambien”, aunque recalca la importancia de “acompañar a las industrias reduciendo las emisiones de CO2” principal objetivo de PERTE, el cual tiene como fin “reducir en 13 millones de toneladas las emisiones de CO2”, según señala Colunga.
El PERTE de descarbonización industrial está compuesto por cinco líneas, según ha explicado Colunga. La primera, una “actuación integral” para descarbonizar la industria manufacturera. La segunda, “líneas de ayudas autorizadas por la Comisión Europea” a empresas que, según señalan, participen en elProyectos importantes de interés común europeo (IPECEI) sobre “la cadena industrial del hidrógeno de origen renovable”. Las ayudas contemplan también un estudio y evaluación del desarrollo de un Fondo de apoyo a los contratos por diferencias de carbono”, así como la realización de un proyecto piloto. Finalmente, señala líneas de ayuda para el desarrollo integral de nuevas industrias manufactureras “altamente eficientes y descarbonizadas”.
Esta sesión también ha contado con la participación de Alejandro Cros, subdirector General de Políticas Sectoriales Industriales MINCOTUR, quien ha destacado los aspectos “más técnicos” del PERTE, señalando que “está muy abierto, hay temas pendientes que no están claros”, por lo que advierte que puede haber cambios.
En cuanto a las solicitudes, Cros señala que vendrán en su mayoría por proyectos individuales, puesto que quieren que sea en “concurrencia simple”, ya que considera que es “la mejor forma de funcionar” a la hora de reparto de dinero público. No obstante, Mónica Aguilar, socia directora de AVS Consulting, establece que esta concurrencia simple es “un arma de doble filo”, puesto que “parece que hay abierta una ventana que no nos da mucho margen”. El PERTE prevé también los proyectos en agrupación, a lo que Aguilar anima a las empresas a colaborar tanto con “otras empresas, como con entes públicos”, ya que establece que es “bueno” puesto que “antes éramos muchos más individuales, lo que merma para ser más ambiciosos”, señala.
En línea con el modo de presentación de proyectos, el subdirector ha explicado que de cualquiera de las maneras habrá una evaluación donde “será necesario presentar informes de antes y después para evaluar la reducción del combustible y saber así si se han cumplido con los objetivos”.
Uno de los aspectos más remarcables en la sesión ha sido el referente al tiempo, donde Cros afirma que “adaptarán el tiempo a lo que necesite la empresa”, hablando incluso de 2026, año hasta el cual mantendrán abierta “la ventanilla”, puesto que es el último año que permite la Comisión Europea tener estos instrumentos abiertos, según explica.
Ramon Peña, gerente de Ayudas Públicas de Repsol, ha afirmado que la solicitud de este tipo de ayudas es “complejo” y que, además, “dan poco tiempo a la hora de presentarlo”, por lo que reclama “respuestas más claras y rápidas, así como fechas más exactas”, con el fin de que las convocatorias sean “más flexibles”. En este sentido, Alfredo Rozalén, presidente de MCA Madrid Clúster Automoción, plantea la posibilidad de “hacer ciertos adelantos a previsiones para adelantar el trabajo” especialmente en pymes donde “su actividad es día a día” por lo que plantearse estas ayudas es “bastante complejo”.
La industria manufacturera reclama talento, un problema que según Rozalén es “generalizado” a todos los ámbitos “no sólo a nivel ingeniería, sino incluso a nivel de instaladores y demás”, lo que tiene como consecuencia “posponer determinadas actuaciones, lo que es un reto más”. Un aspecto que se encuentra reflejado en el PERTE, según ha afirmado Cros. En cuanto a los profesionales, Peña considera que “afortunadamente sigue habiendo atracción al talento”, destacando proyectos de hidrógeno y los de I+D como “muy atractivos porque son proyectos interesantes, que emplean tecnologías que se van a aplicar a toda la cadena de valor”, lo cual a los jóvenes “le sigue siendo atractivo”. Destaca la importancia tanto de la formación, pero sobre todo del “mantenimiento del talento”. En cuanto a las peticiones, Rozalén solicita que “toda la tecnología que se invierta pueda ser replicable y siga teniendo un impacto dentro de la sociedad”, generando riqueza a través del impulso de proyectos que “con poco dinero lleguen a mucho en la sociedad de la descarbonización”, según considera Peña. Por último, Rozalén reclama “no primar ciertos sectores frente a otros”, puesto que las pymes “no deben ser masacradas” y plantea que los requisitos y las actuaciones “tengan en cuenta a las pequeñas empresas”.