En el estudio de pruebas memorísticas como un exámen escrito u oral es importante interiorizar que nuestra cabeza tiende a llevarnos por el camino fácil: hacer todo tipo de cosas, relacionadas con el estudio o no, como por ejemplo:
relacionadas con el estudio: subrayar, hacer esquemas, retocar o reescribir temas, imprimir, hacer listas de datos o cuadros sinópticos, etc.
no relacionadas con el estudio: ordenar apuntes y libros, incluso los de hace años, pasar la aspiradora por lugares insospechados, buscar en internet si la mortalidad del cangrejo realmente es un tema de debate o darle zapatilla al whatsapp como si no hubiera un mañana.
¿Y cuál es el buen camino? Repetir, memorizando, es el camino dificil, el bueno. Tenemos que forzarnos a memorizar todo el tiempo posible. Si no me estoy esforzando (forzando al principio, una vez cogido el hábito, pasamos de forzar a esforzar, que cuesta mucho menos).
Entre memorización y memorización, podemos descansar con esas cosas que nos resultan más llevaderas (las del camino fácil).
O si estamos a final del día o cansados, simplemente caminar o hablar con alguien.
Suena algo mandaloriano pero sí, ¡buen camino!