Divide las tareas: Desglosa las tareas grandes en partes más pequeñas y manejables. Esto hace que el trabajo parezca menos abrumador y más alcanzable.
Estúdiate a veces x epígrafes de un tema, en lugar del tema entero.
Establece plazos realistas: Asigna fechas límite para cada tarea pequeña. Esto te ayudará a mantenerte enfocado y a evitar dejar todo para el último momento.
Las fechas límites suponen un reto, una pequeña carrera contra tí mism@, una especie de juego.
Utiliza técnicas de gestión del tiempo: Métodos como la técnica Pomodoro, que consiste en trabajar durante 25 minutos y luego tomar un descanso de 5 minutos, pueden aumentar tu productividad.
En nuestro caso, 50 minutos de estudio y 10 de descanso es más realista. Hay quien aguanta 2 horas y después descansa media. Pero tened en cuenta que la atención disminuye gradualmente a medida que pasa el tiempo, hasta llegar a un punto que es mejor para, cargar pilas, oxigenar nuestra cabeza (un pequeño paseo es ideal) y ¡vuelta a la batalla!
Elimina distracciones: Identifica y minimiza las distracciones en tu entorno de trabajo. Esto puede incluir apagar notificaciones del teléfono, cerrar pestañas innecesarias en el navegador, o encontrar un lugar tranquilo para trabajar.
Durante el estudio del escrito y del oral lo mejor es no tener el teléfono en la misma habitación (y además, silenciado). El ordenador, bien apagado, bien en otra habitación.
Recompénsate: Establece pequeñas recompensas para ti mismo después de completar tareas.
Esto puede ser algo tan simple como tomar un café, ver un episodio de tu serie favorita, o dar un paseo.
Dedicar unos segundos a lanzarnos mensajes a través de nuestra vocecita interna como "Vamos!", "prueba conseguid!", "lo has logrado, eres un/a crack!", "otro pasito hacia adelante, lo voy a conseguir!", "cada vez lo hago mejor, aunque haya momentos malos, en lo general cada vez lo hago mejor!", "ya estoy más cerca del enorme premio y calidad de vida que supone aprobar la oposición!".
Sin estos mensajes, dejamos que actúe en exceso la parte previsora / prudente de nuestro cerebro y que, en exceso, puede llegar a bajar nuestra moral, reducir nuestro rendimiento e incluso a hacernos creer "yo no valgo para esto" (falso!).
Mantén una actitud positiva: Cambia tu mentalidad hacia las tareas. En lugar de verlas como obligaciones, intenta verlas como oportunidades para aprender y crecer.
El contenido de la oposición es fascinante y el estudio, actividad intelectual por excelencia, entrena y ayuda a la formación de nuevas sinápsis, me hace literalmente más inteligente cada día.
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