El sector industrial de España reportó en septiembre el mayor avance en el Viejo Continente y su cifra más alta desde mayo.
el resto de Europa, lastrado por la locomotora alemana, registró su marcha más lenta en lo que va del año.
Ambos datos se desprenden del informe publicado este martes por S&P Global y el Hamburg Commercial Bank (HCOB). En concreto, el índice PMI Manufacturero de la eurozona se desplomó hasta 45 puntos, ocho décimas menos que en agosto. La cifra se sitúa por debajo de 50, el umbral que separa el crecimiento de la contracción en este indicador avanzado de actividad. Del otro lado de la balanza, la industria española presentó un sólido avance de 2,5 puntos desde el mes pasado y alcanzó los 53, progresando en la zona expansiva.
El economista jefe del HCOB, señala que España “ha manejado sorprendentemente bien” la desaceleración de la manufactura mundial. “Es una verdadera lástima que sea solo la cuarta economía más grande de la zona euro, dado que no tiene el peso suficiente para levantar a Europa con ella”, lamenta.
Los cuatro parámetros clave para medir el pulso a las fábricas de la eurozona (la producción, los nuevos pedidos, el empleo y la actividad de compras) aceleraron su desplome al cierre del tercer trimestre. Los menores volúmenes de fabricación son un síntoma del deterioro de la demanda. La última caída de los nuevos pedidos fue la más rápida desde diciembre de 2023. Todo esto obligó a los productores a reducir sus carteras de encargos e impactó negativamente en sus ventas. Sin embargo, el informe apunta que, además de la baja demanda, las firmas también están afrontando problemas en las cadenas de suministro.
En medio del paisaje desalentador, destacan dos focos de crecimiento en el Mediterráneo. España fue la economía manufacturera más pujante el mes pasado, pero Grecia también escaló, aunque a un ritmo más modesto. Estos avances no alcanzaron para contrarrestar los tropiezos de otros pesos pesados, como Alemania, que registró la contracción más grande en el último año. El impacto de la competencia china en plena reconversión de la industria europea es palpable, y viene afectando a un sector estratégico en particular, el automotriz.
El panorama comunitario es casi el contrario al nacional. La manufactura española avanzó impulsada tanto por la fuerza productiva como por los nuevos pedidos. El volumen de fabricación volvió a crecer, tras la ligera caída observada en agosto. Los encuestados (el indicador se elabora con preguntas a responsables de cientos de empresas) lo atribuyen a la demanda del mercado y a las campañas positivas de productos. Además, los pedidos de exportación aumentaron por séptimo mes consecutivo.
En cuanto al empleo manufacturero, España también registró subidas, con las mejores cifras en tres meses. No obstante, las empresas informaron de que aún atraviesan por cierta presión en la capacidad productiva, puesto que los pedidos pendientes se acumularon al ritmo más rápido desde mayo. A escala europea, los recortes de plantilla continuaron. La reducción de la tasa de ocupados alcanzó su mayor aceleración en los últimos doce años, excluyendo los meses afectados por la crisis ocasionada la COVID