La industria automovilística española, un pilar fundamental de la economía nacional, aún no ha logrado recuperar los niveles previos a la pandemia de 2019. Según un informe de CaixaBank Research, diversos indicadores clave reflejan esta situación:
Producción: Se encuentra un 11,6% por debajo del promedio registrado entre 2014 y 2019.
Producción industrial: Ha disminuido un 3,5% en comparación con los niveles anteriores a la pandemia.
Empleo: No ha recuperado el 2,2% de los puestos de trabajo perdidos desde la crisis sanitaria.
Ventas nacionales: Las compras de turismos han caído un 13,9%, y las de vehículos de carga un 3,1% respecto al lustro anterior a la pandemia.
Exportaciones: Se sitúan un 3,2% por debajo del período 2014-2019.
Tras tocar fondo en 2021, con una producción de poco más de 2 millones de vehículos—la cifra más baja desde 2012—el sector mostró signos de recuperación en 2022 y 2023, con incrementos del 5,8% y 10,4% respectivamente. Sin embargo, entre enero y agosto de 2024, la producción acumuló una caída del 1,5% interanual, alcanzando 2,43 millones de vehículos en términos anualizados.
Este descenso se atribuye principalmente a la debilidad de los mercados europeos, especialmente Francia y Alemania, que son destinos clave para las exportaciones españolas. La producción de vehículos comerciales e industriales ha disminuido un 13% interanual, afectando significativamente a la industria nacional, dado que España es el principal productor europeo en este segmento. Aunque la producción de turismos aumentó un 1,6% en los últimos doce meses, no ha sido suficiente para compensar la caída en otros segmentos.
En cuanto a las exportaciones, tras un crecimiento del 13,9% en 2023, entre enero y agosto de 2024 se observó una disminución del 2,2% en comparación con el mismo período del año anterior. Este retroceso se debe al estancamiento de los mercados en los principales países de destino. De los 1,42 millones de vehículos exportados hasta agosto, la mayoría (1,14 millones) fueron turismos, cuyas ventas crecieron un 1,8%. En contraste, las exportaciones de vehículos comerciales e industriales descendieron un 16%.
A pesar de estos desafíos, la producción industrial, que mide el valor añadido en las ramas industriales, ha mostrado una evolución más favorable. Esto se debe a una combinación de factores, como la mejora en la calidad de los vehículos fabricados y una mayor eficiencia en los procesos de producción.
En resumen, la industria del motor en España enfrenta un parón en su recuperación post-pandemia, influenciado por la debilidad de los mercados europeos y una disminución en la producción y exportación de vehículos comerciales e industriales. Es esencial implementar estrategias que impulsen la competitividad y la sostenibilidad del sector para revertir esta tendencia.