
La falta de lluvias empuja a mirar con lupa qué ocurre con el nivel de los embalses y, más aún, si se cumplen las predicciones que señalan que este verano volverá a ser uno de los más secos y calurosos como el de 2022. Por eso, y ante la polémica de los 'vaciados' de las presas para generar electricidad, se puede impulsar una tecnología que favorecería una solución: el bombeo.
La aportación de la generación hidroeléctrica durante los meses estivales de 2022 fue mínima histórica. Apenas llegó a representar un 5% en el mix eléctrico, y con la sequía se espera que, otro año más, vuelva a pasar algo parecido. Pero si el agua que cae para la producción de energía se vuelve a recoger y almacenar, para volver a utilizar de nuevo, se convierte en un proceso mucho más eficiente y sostenible.
Por eso, la Asociación Española de Almacenamiento de Energía (Asealen) ha pedido en varias ocasiones al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que deje de considerar las infraestructuras de bombeo reversible solo como generadoras de energía, y se las considere como almacenes de energía hidroeléctrica.
"El bombeo no solo se debe entender como generación de energía, sino como sistemas de almacenamiento, pero no nos engañemos, hay un límite de capacidad en nuestro país, porque nuestro problema es la falta de agua", explican fuentes del sector eléctrico.
"Y no todos los sistemas de bombeo son igual de eficientes ni tienen los mismos costes de construcción. Por ejemplo, los más idóneos son las turbinas reversibles o aumentar la capacidad de las turbinas, algo así como el revamping fotovoltaico o el repowering eólico".
Objetivos 2030
El actual PNIEC (Plan de Energía y Clima), cuya reforma se conocerá en unas semanas, no establece un objetivo definido de demanda gestionable, pero sí establece un límite 6 GW de nuevo almacenamiento (3,5 GW de bombeo y 2,5 GW de baterías). Actualmente se cuenta con 3.331 MW de bombeo y una potencia testimonial de baterías conectadas a la red eléctrica.
Sin embargo, según el informe 'Análisis de las necesidades de almacenamiento eléctrico de España en el horizonte 2030', del Instituto de Investigación Tecnológica (IIT, Universidad Pontificia Comillas), se propone una potencia candidata total de 12.748 MW (12 GW). Aseguran que hay una eficiencia del 75% en el ciclo carga-descarga y un período de anualización de la inversión de treinta años.
