Héctor Gómez es el elegido para sustituir a Reyes Maroto al frente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo al menos durante los próximos nueve meses, hasta la celebración de las elecciones generales a finales de año.
Gómez asume así el reto de dirigir un ministerio que representa el 35% del PIB español. Pese a que un tercio lo representa el turismo, será en industria donde se va a encontrar los mayores desafíos.
Uno de los más importantes es la gestión del segundo Perte del coche eléctrico y conectado (#Perte_VEC). En la primera convocatoria se adjudicaron unos 800 millones de los prácticamente 3.000 millones que tiene de dotación, lo que supuso algo más del 26%. Para esta segunda edición, el nuevo ministro de Industria ha de resolver los más de 2.180 millones restantes que quedan. Por lo pronto, Industria lanzará una línea específica destinada a la instalación de gigafactorías en España, cuya convocatoria está prevista para junio. Además, prevé lanzar para septiembre otra línea dedicada a los fabricantes, la industria auxiliar y el resto de la cadena de valor.
En la lista de deberes está también el Perte de descarbonización industrial, aprobado por el Consejo de Ministros a finales de 2022. El proyecto prevé movilizar hasta 11.800 millones de inversión con una inversión pública de 3.100 millones. Con estas nuevas ayudas, el ministerio pondrá el foco sobre sectores que en los últimos meses se han visto muy afectados por el alza de los precios de la energía como, por ejemplo, el cerámico. Esta industria ha acometido más de 1.000 despidos desde junio y tiene a cerca de 13.000 trabajadores en Erte.
Además, bajo su paraguas se encuentran también el Perte Naval y el eje 1 del Perte Agroalimentario.
Uno de los objetivos de Maroto era abandonar el ministerio habiendo alcanzado un gran pacto de Estado por la Industria. Sin embargo, se trata de otra de las tareas pendientes que tiene que asumir el nuevo titular. Un reto que a priori no parece fácil, sobre todo, si se tiene en cuenta que tendría que haber sido firmado el pasado 24 de febrero y no salió adelante debido al rechazo de gran parte de los partidos de la oposición.
Otra de las tareas pendientes que deja Maroto es el anteproyecto de la Ley de Industria. El Consejo de Ministros lo aprobó a principios de diciembre con el objetivo de actualizar el texto actual, que data de 1992. La idea del Ministerio es remitir este texto al Congreso de los Diputados "en las próximas semanas", según apuntó recientemente el secretario general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, Francisco Blanco.
A nivel empresarial tiene también grandes retos y dos destacan por encima del resto. Se trata de la delicada situación que atraviesan Alcoa y Abengoa. La primera llegó a un acuerdo con los trabajadores en febrero para garantizar la viabilidad de la planta de San Cibrao después de haber recibido una ayuda pública de 27 millones.
Con respecto a la industrial andaluza, el futuro es más incierto y la pelota no está tanto en el tejado de Gómez sino en el del juez que está analizando las ofertas para hacerse con los activos de Abenewco 1, la parte operativa de Abengoa.
La situación que encuentra en turismo el que fuera director general de Turespaña es más cómoda. Tras más de dos años muy golpeado por el Covid, todo apunta a que el sector recuperará las cifras previas a la pandemia 2023. Pese a que va borrando la crisis, se trata de una industria con reclamaciones propias y una de las primeras peticiones que se va a encontrar Gómez es la aprobación de un Perte "que alivie el lastre de las pérdidas acumuladas".