España tiene un serio problema en el despliegue de recarga de infraestructura eléctrica pública. Los puntos públicos de recarga instalados en 2022 tan solo ascendieron a los 4.717. Una cifra insignificante si se tiene en cuenta que en total los puntos públicos de recarga ascienden hasta los 18.128.

El problema no sería tan grave si Europa no se encontrase en el proceso definitivo para prohibir la venta de modelos de combustión en 2035 un debate paralizado por la oposición de Alemania e Italia a la medida. España se comprometió con Bruselas, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), a alcanzar entre 80.000 y 110.000 puntos de recarga públicos desplegados al cierre de 2023. Es decir, España necesita instalar este año como mínimo más de 61.000 puntos de recarga, mientras que en el baremo superior la cifra asciende hasta superar los 91.000. De esta manera, para lograr esa cifra máxima hay que sextuplicar la cifra de puntos actuales.
No fue el único compromiso adquirido con la Comisión Europea. España también se comprometió a contar al cierre del presente ejercicio con un total de 250.000 vehículos eléctricos matriculados. Unos objetivos en línea con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el cual establece que para 2030 tendría que haber 5 millones de vehículos eléctricos (entre los que se incluyen turismos, furgonetas, motos y autobuses) no se compromete a contar con un número específico de puntos. Hasta el pasado mes de enero últimos datos disponibles, España contaba con un total de 166.818 vehículos eléctricos, el 0,5% del total del parque de vehículos, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). En lo que a turismos se refiere, el parque de vehículos hasta enero se situaba en las 113.006 unidades matriculadas, es decir, el 0,4% del parque total de turismos, que alcanza las 25,2 millones de unidades.
Esta situación está provocando que España se quede atrás en lo que a cuota de modelos electrificados se refiere. Así, los principales países europeos copan una cuota de matriculaciones de estos modelos por encima del 20%, mientras que en España la cuota se sitúa por debajo del 10%.
